SIN RUMBO

Publicado por Unknown , lunes, 13 de febrero de 2012 15:41

Me desperté confusa, sin saber dónde estaba. Estaba sentada en el suelo, con las piernas cruzadas, así que me levanté dando un salto. Empecé a andar sin rumbo y conforme lo hacía, pensé que todo ese sitio en el que estaba era una ilusión.
No lo reconocía, era extraño, pero tenía que averiguar qué sitio era ese. Estaba oscuro, pero había una especie de farola que alumbraba una pequeña parte, estaba como en una calle muy grande que nunca se acababa.
Estaba sola, no encontraba a nadie con quién hablar o a quién preguntarle, no llegaba a entender esa situación. Seguí caminando y pude ver a alguien, era un niño, un niño al que no conocía, me acerqué a él y le hablé:
-¿Te conozco?
-Creo que no, no recuerdo habernos visto antes…Soy Jack.

-Encantada, yo me llamo Mary. ¿Qué hago en este sitio? No recuerdo haber estado aquí nunca-pregunté con efusividad.
-¿De verdad no lo sabes? Entonces tendrás que encontrar la respuesta tú sola, yo no te puedo ayudar.
Me quedé pensando en las palabras que me había dicho Jack, no paraban de dar vueltas en mi cabeza. “Encontrar la respuesta” me repetí, eso es lo que tenía que hacer, así que me puse a ello.
No sabía cómo hacerlo, no tenía nada claro, estaba perdida en medio de esa calle infinita y sin sentido ninguno. Me fijé detenidamente en una especie de luz que brillaba al otro lado de esa calle, así que fui corriendo, con ansias, esperando que esa fuera mi respuesta, pero cuando llegué, me asusté, no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, eran personas, personas en una hoguera, quemándose.
Estaba muy confusa y asustada a la vez, salí corriendo de allí y volví al sitio en el que me había encontrado con Jack, pero ya no estaba allí, estaba sola. De repente, oí unos gritos de unos niños que me llamaron la atención. Miré hacia la derecha y allí estaban, jugando en un pequeño parque y riéndose a carcajadas, me alivié al ver eso, hizo que me sintiera un poco mejor.
Me senté en un pequeño escalón y me puse a pensar en todo lo que había visto, gente quemándose y niños disfrutando de la vida, “¿qué era ese lugar?” pensé, tenía que encontrar la verdad.
Hubo algo que me llamó la atención, era un precipicio que estaba en esa calle, así que me acerqué con cuidado de no caerme y pude ver algo, estaba viendo a mis amigos, mi familia, mi pueblo…y de buenas a primeras todas esas imágenes se tornaron en una sola, era yo y estaba en el suelo de mi habitación sangrando y con un cuchillo en mis manos.
Ahora lo entendía todo, no quería vivir en ese mundo, no aguantaba más, estaba harta de que todo el mundo jugara conmigo o simplemente, me ignorara, por eso hice lo que hice, llegué a mi casa, cabreada con todo el mundo, y me fui llorando a mi habitación, en la mesita de noche pude ver un cuchillo, no recordaba lo que hacía allí, pero lo cogí y acabé con mi vida.
No quería seguir viendo eso, así que huí de ese precipicio mientras no dejaba de llorar, estaba muerta, en un mundo que ni siquiera conocía y dónde había miles personas que pasaban unas de otras, ni siquiera se dirigían las miradas.
Me sentí estúpida por haber hecho lo que hice, pero ya no podía volver atrás, así que lo único que tenía que hacer era quedarme a vivir en ese lugar, un lugar en el que había gente sufriendo y gente disfrutando. Había encontrado la respuesta de por qué estaba allí, pero… ¿dónde estaba realmente, en el infierno o en el cielo?

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